sábado, 22 de diciembre de 2007

Felices Fiestas!!!.... con regalo incluido

Bueno aprovecho que hoy tuve el día bastante libre y con vacaciones aseguradas y con envión anímico de Soda, es el momento propicio para esto ya que uno nunca sabe el estado en el que terminará el 24 a la noche....Por eso les deseo una muy....

FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!!!!! JOJOJOJO

Pasenla bien, morfense todo, tomense hasta el agua de los floreros, eso sí guarda con los corchos y lo' petardo' que después pasas año nuevo en el instituto del quemado. Saludos y pasenla bomba!!!!!

PD: no, no era una trampa lo del regalo para que lean este post. Para los que comparten mi fanatismo con esa serie llamada LOST acá va el regalo de navidad...

lunes, 3 de diciembre de 2007

Nissan Qashqai



Bueno gente rompo mi hermetismo auto-impuesto a causa de una catarata de parciales solamente para compartir esta publicidad de autos con ustedes que es simplemente genial. Sin duda un laburo inmenso para poder hacerla. ¡Disfruten!



miércoles, 21 de noviembre de 2007

Recuerdos

Lamento la ausencia (prolongada, por cierto) pero debido a unos contratiempos de índole personal y también complicaciones técnicas con el blog no pude actualizar ni siquiera subir algún dato curioso. Este post no pretende ser una reinauguración ni nada menos. Pero, para "llenar" el vacío que dejaron la ausencia de posts, he aquí otro cuento de mi autoría. Este cuento en particular lo escribí todo de un tirón, sin reescrituras ni nada por el estilo. Radica allí también la longitud (o más bien la falta de ella) que no se corresponde con mis anteriores cuentos. Bueno basta de cháchara y a leer cara**!!!!! Como siempre....¡Disfruten!

¿Dónde quedaron mis años? ¿Dónde quedaron esos momentos hermosos que viví? Supongo que es lo mismo que se preguntarán todos, pero ¿como pensar en estos sentimientos de manera objetiva?
Siempre vengo a este lugar, a la noche. Uno de los pocos lugares donde encuentro paz. Vengo religiosamente todos los días y me paso horas y horas caminando y meditando sobre mis años pasados. Curiosamente nunca pienso sobre los años que vendrán, simplemente no empeño tiempo en ello. A menudo recupero memorias que creía haber olvidado, como la vez que cumplí 8 años. Ese cumpleaños lo festejé en un salón, como se acostumbraba en los tiempos en que yo era chico. Un hermoso salón que mi mamá había decorado de manera espectacular. Recuerdo la impaciencia que me invadía cuando esperaba ansiosamente la llegada de mis compañeros de clase. ¿Qué regalos me traerían? ¿Vendrían todos mis amigos? Rezaba con que nadie repitiese su regalo, como me había pasado anteriormente. Esperando en el salón mi papá y mi primo me llevaron a la juguetería más cercana donde me pidieron que eligiera algún juguete. Cabe destacar que amo las jugueterías, me parecen uno de los pocos lugares donde la imaginación no se ve limitada. Aún cuando era mayor seguía visitándolas.
Conociendo que tardaría mucho tiempo en elegir el juguete, era todo una trampa dispuesta por mi madre, me había dado cuenta con el pasar de los años. Cuando compramos el juguete volvimos al salón y, a pesar del juguete recién comprado, la ausencia de mis compañeros me preocupaba. Vi varios familiares como tíos y abuelas, pero yo quería festejar con mis amigos. Mientras saludaba a mi tía comenzó a sonar música como por arte de magia y a continuación un telón se corrió dejando al descubierto a todos mis amigos cantando el feliz cumpleaños. Mi mamá siempre me recordaba que mi cara en ese momento no mostraba otra cosa que gran felicidad. Uno de los recuerdos más felices de mi niñez. A menudo también recordaba los momentos pasados con mis amigos en la escuela, las travesuras y las charlas infinitas sobre variados temas. Realmente los extraño con todo el corazón. Pero la vida tiene vueltas y sorpresas para las cuales uno nunca está preparado. El recuerdo de mis muchas mascotas también me llenaba de felicidad, y a la vez, de melancolía. Recordaba en especial a un perro que tuve durante toda mi adolescencia llamado Sabiondo en honor al perro del “Insp. Gadget”, mi serie favorita cuando era niño. Era un perro en apariencia igual al de los dibujos. Recordaba los juegos y los momentos que pasaba con él aún cuando yo no estaba dispuesto a jugar, su lealtad era inquebrantable.
Igual de inquebrantable que la presencia de la luna, mi compañera nocturna. Casualmente hoy más iluminada que nunca. No hay imagen más bella que la de un paisaje bañado por la luz de la luna creando luces, sombras y colores que ningún otro fenómeno puede igualar. Es por eso que adoro tanto la noche y mis caminatas nocturnas. El silencio también me gusta mucho. Pero no el silencio eterno, sino el silencio precedido por una atmósfera ruidosa. Ese instante de paz y calma. Por ejemplo cuando nos acostamos y nos disponemos a dormir. Hay pocas situaciones que añore con tanta intensidad. Mis parejas, los momentos pasados con ellas, son otras memorias que me traen recuerdo felices, las infinitas charlas sobre temas que ni yo hubiese creído estar interesado, los besos compartidos, y por qué no los robados.
Completando mi habitual caminata me detengo siempre en el mismo lugar, adornado por una hermosa orquídea azul, la flor favorita de mi madre, y realizo mi última meditación de la noche. Totalmente estático en ese lugar, me pregunto como hubiesen sido las cosas de otra manera, si aquella vez no salía de mi casa. ¿Será mi castigo recordar con tanto cariño mis años pasados?. Pero me digo a mi mismo que todas estas memorias, todos estos recuerdos son mis únicas posesiones. Todo lo que tengo. Eso y un trozo de piedra maciza con una frase tallada en ella resumiendo mi vida con una capacidad de síntesis envidiable:

“Aquí yace Matías, amado hijo y amigo”
1984-2005


Eldemente

Creative Commons License
Recuerdos by
Eldemente is licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.



Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

lunes, 1 de octubre de 2007

Cuarta Persona

Otro cuento lokoo. No, en serio, este cuento es quizás el más normal de mis cuentos pero a su vez extraño en narración. Soy así vio, qué se le va a hacer. Leanlo, y ustedes juzguen. ¡Disfruten!

Me encantan estos días, estos días en los cuales el sol resplandece como si fuese una pieza de oro real. Son aproximadamente las 9 de la mañana y espero unos minutos para despertar a mi mujer de la manera más amorosa y tierna que pueda, para luego invitarla a pasar el día fuera junto con nuestro hijo. Mientras espero me enjuago las manos en el lavabo y aviento un poco de agua fría para despabilarme. Con la cara empapada me miro al espejo observando con especial atención cada una de mis características. Mi nariz prominente, mis labios perfectos (según mi mujer), mis ojos color azabache. Al mirar directamente en mis propios ojos quedo totalmente paralizado y atrapado por el color profundo de los mismos, achicando cada vez mas mi ángulo de visión hasta que salgo del estado hipnótico en el que me encontraba alejándome lentamente para poder apreciar el pelaje de color negro profundo de mi mascota, Charcol. Lo llamé así por su pelaje negro reminiscente del carbón, es por eso que Charcol es una deformidad de la palabra charcoal (carbón en inglés). Es un gato con una inteligencia casi a la par de la de un humano. No es por exagerar, sino que es verdaderamente inteligente; basta con observarlo cazar su platillo favorito, los insectos. No caza como cualquier animal que podrían ver en un documental sino que se divierte con ellos haciéndolos correr o poniéndolos boca arriba y viceversa, algo que me asombra ya que un animal que se dice se basa en el instinto, abusa de su poder para con otro ser vivo. Esa característica es propia del ser humano, y qué utilizada ¿verdad?
Cansado de estar tanto tiempo sentado me levanto y me dirijo camino al ventanal de mi sala de estar sin antes acariciar a mi mascota durante el camino. Acerco tanto mi cara al vidrio que puede verse, a pesar del hermoso día soleado, mi húmeda respiración impregnada en el cristal de mi ventana. Observando con detenimiento este fenómeno respiro más rápido y de manera más profunda para poder cubrir, aunque inútilmente, la mayor porción de ventana que pudiese. Inmiscuido en este divertimento, el reto de mi padre interrumpe mi concentración con el aviso de que no haga tal juego ya que mancharía los cristales del auto 0 km que compró hace poco tiempo. Gracias a la interrupción de mi padre puedo observar, una vez despejada la humedad de la ventanilla del auto, a un hombre parado en su ventana acariciando un gato. Me le quedo mirando fijamente pero la velocidad del auto impide que siga con ello. Dejo de mirar hacia fuera y me acomodo en mi asiento pensando en lo recién sucedido obviando totalmente la conversación que mi hermana quería iniciar conmigo. Gracias a un golpe en mi brazo logra finalmente mi atención para descubrir que no quiere otra cosa que jugar un simple juego. Trato de prestarle atención pero la rotunda negativa de mi padre para tal divertimento hace que mi mirada se concentre en el espejo retrovisor pudiendo solamente ver sus ojos violentamente puestos en dirección nuestra.
-No me mires así –le dije casi gritando – Te dije que era la única alternativa –agrego entre lágrimas
-Si lo dejábamos con vida podía contarle todo a la policía –le grité
-¡No digas eso para justificarte! –me respondió con la misma mirada imperturbable
-Vos lo mataste y vas a tener que vivir con esa culpa –me dijo, lastimándome casi más que un puñal
-Si sos lo suficientemente estúpido como para tener que matar a alguien, es tu puto problema –retorcía el puñal en mi herida
-Claro, ¿no? Ahora es mi culpa, vos lo sedujiste para estafarlo; yo lo mato y es solo mi culpa –le replico subiendo la apuesta
Y antes de que pudiese seguir hablando estrello una pieza de arte contra su cabeza desplomándolo en el suelo. Me acerco temerosa. Pensaba que lo había matado. ¿Podía estar muerto? No, seguro solamente estaba inconsciente. Me acercó a su rostro y cuando trato de ver si puede respirar me agarra la cabeza fuertemente y entre murmullos me dice insultos de todo tipo y luego –claramente- grita: ¡Ayúdame!
Ayúdame era lo único que repetía una y otra vez. Lo repetía en todos los tonos posibles y de distintas maneras. Y eso hacía que todas las personas miraran la situación con la curiosidad de saber quien gritaba y por qué.
-¡Ayúdame! –gritaba, mientras trataba de tomarle el pulso
-Enfermera, anestésielo, ya – me dijo
-Doctor, el pulso está bajo quizás...
-Entonces póngale un sedante –me interrumpe bruscamente
Entre los gritos del paciente logré aplicarle una inyección, que cumplió con su cometido. Ahora sí, más tranquilos, podíamos proceder con nuestro deber, debíamos salvarle su pierna. Lo llevamos al quirófano y comenzamos con la operación. Desafortunadamente, la pierna era insalvable ya que tenía absolutamente todos sus músculos y tendones destruidos por el impacto, como también sus huesos padecían de múltiples fracturas. Igualmente era sólo un perro. Sí de seguro era un perro, estaba oscuro, pero tenía que ser un perro. ¿Si no lo era? ¿Qué hago? ¿Vuelvo? No, no puedo volver. Pero si no vuelvo nunca voy a saberlo. Además ya estoy muy lejos ¡Dios, Dios! No importa, cuando llegue a casa limpio la sangre y listo, no tengo por qué preocuparme. Si, seguro no va a pasar nada. Si le pude esconder eso a mi mujer bien puedo zafar de esta, si, si no tengo por qué preocuparme. ¿Pero y si me descubre? -Yo sé mentir muy bien pero viste como es esto, un error y chau
-Si, te entiendo totalmente. Pero no te preocupes
-Pero el miedo siempre está, cada mirada me parece que sospecha o sabe. No sé, me estoy volviendo paranoica
-Ay pero no te persigas, mientras te mantengas atenta, no pasa nada
-Si, tenés razón, pero tampoco quiero pasarme la vida entera actuando
-¿Por qué no? ¿qué tiene de malo?
-No, no tiene nada de malo. Pero ya no soy un pendejo... Pidamos un café
-Ok... Pero bueno tampoco te tires abajo así, sos buen actor
-Sí, a vos te parece eso pero ningún director o productor piensa lo mismo. Siempre actuando por amor al arte, un poco está bien, pero yo tengo que comer.- replica enérgicamente haciéndose paso entre el bullicio del café
-Bueno calmate. Che y como está, eh... ¿cómo se llama?
-Agustina –responde por pura formalidad
-¿Cómo va la cosa?
-Como todo en mi vida, perfecto
-¿En serio?
-Encima te tengo que explicar los chistes -
-Disculpá, pero ¿que pasó?, ¿no estaban super-enamorados?
-Si, enamorados. El amor es cómo el resfriado, les pasa a todos, todos saben qué es, pero nadie conoce la cura. El amor, amor
-Amor, amor- escucho un murmullo en mi oreja
-Despertate, que el día es hermoso, vamos a salir, dale- trata de despertarme
Logro abrir los ojos y veo que son las 9 y 5 de la mañana.
-Déjame dormir 5 minutos más- tratando de seguir un poco más en la cama
-Dale que se hace tarde- insiste
-5 minutos más, nada más. Después de todo ¿Que puede pasar en 5 minutos?– y apoyo nuevamente mi cabeza sobre la almohada.


Eldemente

Creative Commons License
Cuarta Persona by
Eldemente is licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.



Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

viernes, 21 de septiembre de 2007

Feliz Día de la Primavera

Les deseo a todos un muy buen...


¡¡¡¡DIA DE LA PRIMAVERA!!!!


Este es un día muy especial para mí porque también cumplo años. Es el día de hoy que ahora tendré que empezar a contar mi edad con el dígito 2 adelante. Pero no le quiero arruinar el día a nadie y solamente les deseo que festejen este día ya sea en los bosques de Palermo o estudiando historia como yo (iuupiiii...).
Ah, también les deseo a todos los que comparten mi sufrimiento un muy buen...


¡¡¡¡DIA DEL ESTUDIANTE!!!!


Sin más me despido y les deseo que terminen bien su día, Saludos y ¡Disfruten!


miércoles, 12 de septiembre de 2007

Iron Man: La Película

Ya salió en internet el lunes el trailer de la adaptación de Iron Man en pantalla grande y les tengo que decir que se me volaron las chapas (en parte por mi fanatismo con este tipo de pelis) y NI HABLAR de la parte en que aparece una de las mejores canciones del rock que le queda pintada este personaje, véanlo por ustedes mismos. ¡Disfruten!



Si quieren verlo en una mejor calidad (formato quicktime), esta es la página oficial.

http://www.ironmanmovie.com/



domingo, 2 de septiembre de 2007

El Coleccionista

Mirá, mirá tengo un cuento, mirá. Desvarío de lado les dejo mi última y más brillante creación (cualquieraaaa chabón). Bueno, el calificativo se lo ponen ustedes. Acuerdense de firmar no sean f*****. ¡Disfruten!

Siempre me maravillaron las cosas pequeñas, no me malinterpreten, toda la vida preferiría un abundante plato de comida a una porción minúscula digna de un pájaro; pero a lo que me refiero es a los detalles pequeños. Por ejemplo, cuando era niño coleccionaba soldaditos de plomo. Eran hermosos, cada uno con su respectiva arma y pose específica para cumplir su rol en el combate que mi mente, conjunta con mi imaginación, designase. Los compraba en unas revistas que vendían en los kioscos importadas desde Europa y cada vez que salían, el lunes de cada mes, iba corriendo al kiosco de mi barrio a comprarlas ya casi, como decía mi madre, de manera compulsiva.
Pero los comentarios de ella no me importaban demasiado porque cuando abría el paquete en el cual se encontraba envuelta la revista sentía una excitación y una emoción inigualables, es más, una vez sacado el soldadillo de plomo lo dejaba a un lado y me ponía a ojear la revista casi de un modo agresivo buscando cuantos números faltaban para completar mi colección o, por lo menos, que figura me tocaría el próximo lunes del mes siguiente. Una vez satisfecho mi apetito parcial por saber cual sería mi próxima figura a adquirir retomaba la figura nueva y la ponía junto a sus nuevos amigos, a los cuales, supongo, ya había conocido en donde los fabrican. Ahora a ustedes quizá les parecerá una manía estúpida o dirán, que desperdiciaba mi niñez con semejante banalidad, pero si sólo supiesen la alegría que yo tenía al jugar con ellos. Igualmente la posibilidad de jugar con ellos no era lo que me atraía verdaderamente, sino el detalle con el cual estaban hechos, y más aún la posibilidad de pintarlos y poder agregarle más detalles todavía a esas espléndidas figuras que tenía en mis manos. Para ello me hice un experto en la materia, un poco ayudado por la revista que venía conjunta con los soldados y otro poco ayudado ya sea por libros o consejos de parientes o amigos. Conseguí la dirección de un sitio especializado en la materia, a lo cual no desperdicié ni un minuto y fui directo hacia ese lugar y cuando llegué me quedé realmente sorprendido. El lugar estaba ubicado en una galería cerca de el parque Rivadavia en un local que formaba una esquina en los ficticios pasillos de la galería colmados de tiendas de ropa incapaces de igualar la magia que encontraría en esa tienda. Cuando llegué me quedé anonadado con lo que veía, sí me quedé realmente estupefacto, con solo decirles que mientras les cuento esto recuerdo ese momento con mucha felicidad. La vidriera de este local, llamado “Mundo Fantástico”, estaba llena de todo tipo de figuras coleccionables y armables: aviones de la 2º guerra mundial, soldados medievales, autos para armar, ¡ay Dios! Si tan solo hubiesen visto esa magnífica vidriera.
Una vez dentro me dispuse a evacuar mis dudas con respecto a este hobby, en el cual estaba inmerso, ayudado por el dueño de esta tienda, un hombre bajito con anteojos y de extravagante apariencia. El me preguntó que qué era lo que estaba buscando y yo le dije que quería todas las herramientas necesarias para poder darle vida a mi colección de soldados recién adquiridos porque el gris plomo, comenté con él tomándome el atrevimiento de tutearlo, me parecía poco para semejante calidad de figuras a lo que él me respondió que si era novato me convenía comprarme 3 pinceles de distintos tamaños y pinturas con colores primarios y neutros. El me dijo que con eso podía empezar a pintarlos, pero sólo una vez que le tomase la práctica a este hobby tan bello, pero déjenme decirles que nada barato, podría aventurarme a cosas un tanto complicadas. Una vez con las herramientas en mi poder volví rapidísimo a mi casa para poder empezar lo antes posible a darle vida a estas figuras.
Habiendo llegado a mi casa atravesé corriendo los ambientes de toda mi casa directo a mi habitación haciendo oídos sordos a lo que tal vez fuese un pedido de favor de mi madre, que en este momento carecía de mayor importancia que cualquier otro pedido de favor. Llegué a mi pieza y me encerré con llave para que nadie me interrumpiese, tomé dos figuras, puse las revistas de ayuda a un lado y saqué las pinturas y los pinceles que hacía minutos había comprado. Mientras intentaba recrear los colores exactos que aparecían en las revistas comprobé que el aviso del dueño de esta tienda no estaba más lejos de la verdad de lo que yo creía, ya que no solo era difícil encontrar el color adecuado y hacer suficiente cantidad para que alcance sino que también poder pintarlos con brillante precisión me costaba calamidades. Experimentado esto entré en un estado de cólera inmediato y me preguntaba por qué no podía pintarlos de la misma manera que los veía en las revistas, y mientras más buscaba respuestas más frustrado me sentía ya que cada pincelada que daba sobre alguna figura era, cuanto menos un desastre. Pero si ustedes creen que con esto yo me di por vencido; no, no, no, están muy equivocados. Para perfeccionarme en la técnica pasaba horas sentado en mi escritorio, a veces salteando comidas, mejorando cada vez más mis pinceladas. Y créanme que lo logré, en cuestión de días era un genio pintando. Pinté a todos las figuras que tenía con una precisión que envidiaría el más experto de los coleccionistas de figuras y me regocijaba con la mera de imagen de su cara en el momento que yo le mostrase mi colección.
Un tiempo después volví al kiosco de revistas ya no como un niño sino como un experto pintor y coleccionista. Le pedí al quiosquero que me entregase la revista del mes, cosa a la cual, el muy valiente, se negó rotundamente argumentando que simplemente la editorial a cargo de dicha revista había dejado de publicarla. Imagínense mi reacción para con estas palabras, ah no señor, cómo iban a dejar de publicar una tan hermosa y brillante revista porque al dueño de dicha editorial no tenía más ganas de hacerlo. Lleno de cólera y frustración decidí volver a mi casa caminando, eso, creía me iba a dar tiempo y paz para poder pensar que hacer a continuación. Cuando llegué a mi casa junté todos mis soldados perfectamente pintados y los junté a todos y me les quedé mirando con admiración, mientras los observaba se me ocurrió ir a pedirle consejo al amable dueño de la tienda ubicada en la galería. Así que eso hice, me dirigí a su local y le comenté de mi terrible problema. El me respondió que no me preocupara que hay muchos tipos de figuras, había aviones, soldados de la 2º guerra, y demás tópicos. Yo, quizás por mi cólera y frustración, me había negado frente a esta verdad innegable, después de todo no necesitaba esa revista, ya tenía una colección importante de esa versión de figuras y ahora me podría adentrar en coleccionar otro tipo de, como erróneamente llamaba mi madre, juguetes. Así que, siguiendo el consejo del dueño del local enfoqué mi hobby a coleccionar aviones, autos y todo lo referido a la 2º guerra mundial.
Durante años incrementé mi colección a niveles insospechables. Iba todos los meses religiosamente a comprar nuevas figuras. Sin tan solo ustedes viesen esas perfectas replicas de aviones de guerra o de las armas utilizadas por los soldados en la 2º guerra se sorprenderían y maravillarían por su perfección.
Una vez fui a comprar más figuras y cuando el dueño pronunció esas horripilantes palabras pensé que mi mundo se desmoronaría, él me dijo que ya no había más figuras por comprar, había comprado absolutamente todos los modelos disponibles, incluso los importados. ¡Qué horror! Me dije a mí mismo que la culpa era enteramente de esa decrépita y estúpida tienda que no tenía lugar ni para poder albergar una colección decente y a ese pobre hombre, porque sí, era un pobre hombre que no tenía ni idea de lo que estaba hablando, ahora yo era el experto en estas figuras. Insólitamente este hombre se asustó por mi reacción no muy lejana de lo normal y me “invitó” a que me fuera de su tienda, cosa a la que accedí ya que esa tienda no merecía la mera presencia de un detallista perfecto y un coleccionista brillante como lo era yo. Curiosamente, al mismo tiempo que atravesaba la puerta, él me dijo una frase que confirmaba mi presunción de que era una simple persona; él dijo que no me obsesionara con eso, ya que era un simple hobby; a lo que no pude responder de otra manera que con una profunda y sonora carcajada. Ahora entendía por qué ese hombre no me entendía, el no apreciaba mi arte sino que lucraba con eso, a través de su tienda utilizándome como principal cliente, cosa que no me molesta ya que valen cada centavo que pagué por ellas ¡Ay que bellas!. Pobre hombre pensé, una vez más y me retiré de ese estúpido lugar.
Durante días busqué nuevas figuras pero, tengo que reconocerlo, ese pobre hombre en algo tenía razón. La adquisición de figuras nuevas era algo que se me dificultaba cada vez más, cosa que me puso orgulloso pero también me frustraba porque mi colección todavía no estaba lista para ser exhibida. Sí, créanme nadie, absolutamente nadie había visto mi colección. Ahora esto era un problema ya que era tan grande la misma que no cabía dentro de mi habitación, le pedí a mi madre que me diera un lugar para poder guardarlas temporalmente, y ¿saben lo que me respondió la descarada?, que no iba a permitir que esos “juguetes”, como los llamaba ella, ocuparan un ambiente de la casa. A lo que le respondí que mi colección era mas importante que la casa misma, respuesta que generó una discusión muy enérgica en la cual tuvo que intervenir mi padre y mi hermana que, como era de esperar, se pusieron del lado de mi madre. Por esto me fui de mi casa con mi colección a cuestas, y logré alquilar un pequeño departamento en el cual seguiría desarrollando mi hobby. Una vez instalado en este lugar confirmé, nuevamente, las versiones de que mi colección estaba completa así que busque nuevos horizontes y descubrí a la taxidermia, que era el arte de embalsamar animales o todo tipo de seres vivientes. Consideré que esta sería la próxima etapa de mi colección. Averigüé sobre esto, pero una vez más el dinero se interponía entre mi pasión y yo. Pero no, esto no fue un impedimento, no, no, no me subestimen, de alguna manera conseguiría el dinero. Gracias a mi detallismo y mis perfeccionadas técnicas me fue muy fácil falsificar todo tipo de documentos, cheques, etc.. Era tan perfectas mis falsificaciones que no me descubrían ni nadie sospechaba de su veracidad. Igualmente yo hacía esto solamente para mantener mi pasión ya que si comenzaba a tomar prestadas grandes sumas de dinero, me podrían atrapar. Logré acumular una pequeña fortuna que me permitía holgadamente continuar con lo que me había propuesto en un principio Gracias a esto conseguí embalsamar a casi cada especie descubierta, y déjenme decirles un pequeño secreto: algunas no descubiertas aún, jaja.
Nuevamente no cabía espacio en mi apartamento, es por eso que, gracias a mi perfección de falsificador pude estafar a algunas pocas personas las cuales me prestaron el dinero suficiente para poder comprarme una casa mucho más amplia.
Una vez casi habiendo embalsamado la totalidad de animales descubiertos decidí que mi colección estaba casi completa pero necesitaba algo, sí, algo que nadie más tuviese, algo que complete mi colección y sobrepase la de cualquier coleccionista del mundo. Créanme que no fue fácil descubrir que era lo último que iba a incluir en mi colección pero, afortunadamente lo hice.
Un día, mientras estaba trabajando en una hiena embalsamada, tocaron a mi puerta un par de policías, a lo cual, al principio tuve temor porque de seguro venían a buscar información sobre mis falsificaciones. Pero luego mi temor se disipó porque me dije a mi mismo que era un perfecto falsificador, no había manera de que me atrapasen por la calidad de mis falsificaciones y mi detallismo absoluto. Abrí la puerta y muy cordialmente me presenté y los invité a pasar a mi casa. Yo no tenía mi colección a la vista de extraños pero estos dos policías lograron ver a la hiena embalsamada, cosa que lamenté porque iba a tener que desecharla ya que no sería “original” una vez que la exhibiese. La ofuscación originada por este infortunio no modificó, gracias a mi detallismo, mi actuar y hablar de persona sumamente cordial; los invité una taza de café y me entregué a su rutinario, y tan, tan aburrido -no como mi pasión- trabajo. Sin embargo, el motivo de su visita no era para investigar de mis posibles falsificaciones sino por la desaparición de mi familia entera, cosa que me causó una mezcla de sentimientos ya que estaba apenado por mi familia, no crean que soy insensible, pero estaba mucho más contento porque ni siquiera sospechaban de mis falsificaciones, jaja, no sospechaban absolutamente nada, jaja, pobre gente. Mientras el oficial me comentaba que un vecino llamó a la policía denunciando que hacía unos días que no veía más a mi familia yo no podía evitar seguir pensando en el armado de mi nuevo proyecto. Con el solo hecho de pensar en él, se me dibujaba una sonrisa anticipando el resultado de tan magnifica obra, que, pese a mi detallismo y perfeccionismo absolutos me costaba realmente esconder. Sin embargo me comenzó a preocupar la ausencia de mi familia en el momento de mi exhibición, cuyo evento ya me había comenzado a planear también. Despedí a los oficiales sin antes pedirles por favor que me comentasen el futuro inmediato de su investigación.
Durante los días siguientes mi gran proyecto empezó a tomar forma, aunque no era difícil si no utópico pero gracias a mis exquisitas habilidades podía torcer esta sentencia. Mientras mi proyecto llegaba a su final me puse en contacto con un museo de arte el cual por una no muy módica suma, créanme en esto, aceptó exhibir mi gran colección. Por fin todo el mundo iba a poder apreciar mi pasión y mi arte en su máxima expresión, sí, de solo pensarlo la emoción me invadía imaginando sus caras de sorpresa. En simultáneo con esto el oficial a cargo de la investigación de mi familia venía a menudo y ya casi les diría, en secreto claro, que éramos muy buenos amigos, sí, muy buenos, hasta le manifesté aspectos de mi ambicioso proyecto cosa que mantenía en el mayor de los secretos. Y hasta le dejé ver algunas figuras y un animal embalsamado para que, además de regocijar sus ojos, corriese la voz de mi próxima exhibición.
Después de tanta anticipación llegó el gran día, la galería se llenó de gente observando mi perfección y detallismo en su máxima expresión, si tan solo hubiesen visto sus caras. Pasadas unas pocas horas de comenzada la exhibición la velada dio lugar a la presentación de la coronación de mi obra, mi proyecto más ambicioso. Luego de la pronunciación de unas pocas palabras por mi persona procedí a quitar el manto de mi magnífica obra, sí, al fin podrían verla y maravillarse con ella. Al quitar el manto de un rojo sangre muy furioso, mi mirada se llenó de lágrimas al ver tan maravillosa obra hecha por mis manos, y giré, todavía emocionado, para ver las caras de los allí presentes; mi muy buen amigo también estaba allí. Cuando vi sus caras entré en un estado de cólera profunda y una impotencia intolerable ya que sus caras no mostraban ni sorpresa ni admiración, sino que eran caras de rechazo total para con la obra a la que había dedicado tanto tiempo. Enérgico les pronuncié unas palabras de una violencia tal que ni atrevo a reproducirlas en este momento, y a medida que pronunciaba estas palabras de lástima hacia esas personas, mi furia aumentaba aún más viendo que no entendían mi pasión en absoluto, tan furioso me volví que la seguridad de la galería, incluido mi amigo el oficial, tuvieron que llevarme a la comisaría más cercana con el fin de evitar que haga entrar en razón a los golpes a los espectadores de mi exhibición.
Una vez en la comisaría, pedí un móvil para poder irme a mi casa tranquilo después del terrible episodio acontecido anteriormente a lo cual se negaron rotundamente, ¿pueden creerlo?, no solo mi exhibición había sido un desastre sino que la policía atentaba contra mí. Me pusieron en una habitación durante horas hasta que al fin vi una cara amiga, era el oficial que visitaba mi casa. Sin embargo vi que el ambiente no era de lo mejor y mientras trataba de entender esta situación mi pensamiento se vio interrumpido por la pregunta del oficial.
-¿Por qué lo hiciste?- me preguntó
A lo que respondí que era mi pasión, la cual alimenté toda mi vida y dediqué la misma, sin embargo por la cara que tenía mi amigo, esa no era la respuesta que él quería. El quería saber sobre la obra cumbre de mi colección, la cual, decepcionantemente, él tampoco había entendido. Y le expliqué que cuando logré embalsamar hasta el último, sí el ultimo, de los animales no me quedaba nada más por coleccionar, entonces, le expliqué, que durante días no sabía que hacer hasta que pensé que tenía figuras que retrataban algo en especial pero en toda mi obra no había nada que retratase a la familia como unidad y es por eso que me dediqué de lleno a retratar esto. Esta obra tenía que ser perfecta ya que sería la culminación de mi colección. Entonces una tarde descubrí como hacerlo, fui a la casa de mi familia, tuve una charla con ellos y les comenté mi obra en proyecto. Tenía pensado graficarlos a ellos con unas figuras a tamaño real hechas de cera. Sin embargo se negaron rotundamente a prestarse para esta brillante idea. Yo simplemente no lo podía creer, les había dado la oportunidad de participar en mi obra maestra y ellos ni siquiera lo entendieron. ¿Quién se negaría? Me volví tan furioso que aventé la taza contra la chimenea haciéndola añicos. Mis padres, estupefactos, me dijeron que estaba loco y me dijeron que me vaya de inmediato de la casa que tiempo atrás solía habitar. No podía dejar que ellos me faltasen el respeto a mi y a mi obra. Con decisión y gran frialdad salté encima de mi madre y comencé a abrazar su garganta con mis manos haciéndola entrar en razón, sí señor, si hubiesen visto sus ojos me creerían que estaba funcionando. Podía escuchar sus huesos crujir por debajo de mi mano. Pero mi padre tuvo que intervenir una vez más, a quien tuve que poner en su lugar. Lo golpeé fuertemente haciendo que estrellara su cabeza contra el borde de nuestra chimenea de mármol. Sin remordimiento le dije a mi madre que eso era lo que les pasaba a las personas comunes y sin sentido que no poseían el don de entenderme, no merecían menos que la muerte, a lo cual mi madre respondió que estaba enfermo, ¿enfermo? ¿Yo enfermo? Y me lancé nuevamente sobre ella y traté de hacerla entrar en razón pero, era tan necia la pobre que no me dio mas opción que finalmente matarla. Cuando vi la escena de mis padres muertos, la genialidad llegó a mi persona y finalmente encontré lo que buscaba. Por fin tenía una pareja de humanos adultos a los cuales podría agregar a mi colección retratando a la familia, sin embargo me faltaban dos especimenes jóvenes. Mientras ubicaba los dos cuerpos tras la mesada de la cocina el destino tocó a mi puerta; era mi hermana con su novio. Terminé de ubicar los cuerpos prolijamente y abrí la puerta. Ante la sorpresa de ella por mi presencia, cordialmente los invité a que pasen y les convidé unos tragos. Hablamos un pequeño rato solamente para darme tiempo de pensar en como haría para convertirlos en mis nuevas piezas de colección. Sus constantes preguntas con respecto al paradero de mi padres y su mirada inquieta, no dejaban concentrarme. Por primera vez, mis nervios me jugaban una mala pasada y ya no podía sostener el incesante movimiento de mis manos. Podía sentir el sudor frío recorriendo mi frente. Cada ruido sonaba como si fuese amplificado mil veces. Mientras trataba de desviar la conversación, su novio se levantó. Rápidamente lo detuve tomándolo fuerte del brazo y le dije que no era necesario que se molestara yendo a la cocina –podría encontrar los cuerpos- que me dijera a mí que yo le traería cualquier cosa. A lo que me respondió que solamente se dirigía al baño. En medio de esta incómoda situación pude ver lo desprolijo que fui al observar los pedazos restantes de la taza que había arrojado contra la chimenea. Al ver eso me desesperé y consideré que era el momento apropiado para actuar. Derribé a la pareja de mi hermana con un fuerte golpe de puño. Mientras ella se encontraba petrificada por la situación empecé a aplicar el mismo método que con mi madre. Pero la improvisación me jugó una mala pasada y la pareja de mi hermana logró interrumpir mi accionar. Caí de bruces en el suelo, pero, para mi suerte, caí junto a los restos de la taza de té. Tomé el trozo más prominente, y en un solo movimiento me levanté. Con mi brazo continué el movimiento en forma de ataque. Logré cortar la garganta de mi oponente. Eso provocó un brote de nervios de mi hermana, quien empezó a gritar. Enseguida la tomé, la arrojé al sillón y con un almohadón le tapé su rostro, para callar sus gritos. No podía verle el rostro, pero movía sus brazos tratando se liberarse. Luego de unos minutos dejó de moverse. Estaba realmente apenado. Me preguntaba como haría para disimular el corte que le había provocado en la garganta al novio de mi hermana.
Esperé a que fuera de madrugada y uno a uno, saqué los cuerpos de la casa por la puerta trasera. Constantemente procuraba no cometer ningún error, ya que la manufactura de mi obra había comenzado. Vigilaba que nadie fuese testigo. Una vez los cuerpos subidos a mi vehículo, entré nuevamente en la casa y limpié todo rastro de lo acontecido anteriormente. Ya en mi casa, me puse a trabajar en mis figuras. Lo que hice fue un método más moderno que el de la antigua momificación egipcia, le extraje todos sus órganos, y le inyecté una sustancia en todo su organismo que hacía rígida su piel. El corte en la garganta de mi figura joven masculina no fue un desafío. No hace falta ahondar en la técnica utilizada, después de todo, no le revelaría el secreto incluso a m amigo el policía.
Ante esta detallada y perfecta pintura de la creación de mi obra máxima, mi amigo, incapaz de entender el pobre, no se regocijó como yo lo había hecho durante la misma sino que lo único que logró fue hacerme la siguiente pregunta:
-¿Convertiste tu familia en un objeto de colección?
A lo que respondí que todas las grandes obras necesitan sacrificios, y si mi obra iba a ser, como tenía en mis planes, grandiosa, la misma iba a necesitar un sacrificio a su altura. Después de todo afortunados ellos que quedaron inmortalizados en ella.
Espero que quién lea estas palabras haya podido entender mi genialidad , ay, si tan solo hubiesen visto mi colección. Desde lo más profundo de mi corazón me apena que no puedan ser testigos de tan magnífica obra.


Eldemente

Creative Commons License
El Coleccionista by
Eldemente is licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.



Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

lunes, 20 de agosto de 2007

Izquierda, derecha, izquierda, derecha...

No, no es una clase de gym. Este cuento es de Hugo Domínguez de México. Llegó a mis manos a través de mi mail donde vos también podés enviar cuentos propios. Por si no se acuerdan o no lo encuentran, acá está el link con todo lo necesario. Con todo dicho les dejo el cuento. ¡Disfruten!

Ahora te encuentras sentada, con la cabeza gacha y posiblemente con los tobillos cruzados debajo del escritorio que tienes enfrente. Te duele la cabeza, ya has leído quince cuentos hoy. Esa promoción de “escribe un cuento de terror, máximo una cuartilla y llévate tres libros”, te esta poniendo muy nerviosa últimamente. No has podido dormir bien y como ahora, te ha provocado un pequeño pulsar en la sien izquierda que es realmente molesto. Te frotas la frente con la mano derecha y con la izquierda dejas sobre el escritorio la hoja del cuento que acabas de terminar de leer, donde al final matan a una mujer llenándole la boca de canicas y así asfixiándola. Esa maldita promoción de escribe un cuento.

Te frotas los ojos debajo de los lentes y descubres en el reloj que ya es hora de irse. Observas el tiradero que hay frente a ti. Hojas por todos lados de cuentos de ensangrentados y vampiros y no se que tanto mas. Ya estás harta de leer acerca de sustos y espantos. Suspiras profundo y el eco de tu respiración se implanta en toda la habitación y parte del pasillo. Abres los ojos y te pones alerta. El silencio te hace pensar que es tardísimo, pero apenas son las siete de la noche, bueno, una hora mas que tu salida normal. Hechas una maldición a los faxes y te levantas de la silla que lanza un rechinido de protesta, mañana llamaras a mantenimiento para que le den una aceitada, piensas mientras tomas de la silla tu saco color beige y te lo pones. Ha estado haciendo frió últimamente. Se acerca invierno. Se acerca navidad. Fin de año.

Vuelves la mirada hacia atrás para echar un ultimo vistazo a la oficina. Apagas las luces y sales, cierras con llave. Caminas unos cuantos pasos y te das cuenta de que todo esta en silencio y que los tacones de tus zapatos retumban como balas incrustándose en cuerpos que pronto caerán muertos. ¿Por qué piensas esas cosas? Son esos malditos cuentos, esa maldita promoción que te trae como loca. Caminas otros pasos. No haces caso a los taconazos que producen al chocar tus zapatos contra la baldosa del suelo. Te taladran la cabeza que aumenta ese pequeño punto de dolor en tu sien izquierda y que la hace latir. Te recuerda una escena de Freddy Cruger cuando mata a uno de los adolescentes haciendo que explote su cabeza y caiga al rededor de él la lluvia de carne y hueso ensangrentados, el cuerpo después deambula unos cuantos pasos sin cabeza y cae infestado de muerte y ,de una herida sanguinolenta que huele a putrefacción.

¡Ya basta! Te gritas en mente. Te detienes y te quitas los lentes. Abres tu bolso beige y tomas el estuche para estos y los guardas con sumo cuidado. Maldita promoción de escribe un cuento y te llevaras tres libros.

Detrás de ti se caen unos papeles y respingas en medio del silencio que se rompió por un instante. Vuelves la mirada rápidamente como esperando encontrar algo horroroso y por un momento, por un breve momento miras colgado de una cuerda a Rafael Moreno, el joven que se ahorco hace dos años. tu lo llegaste a ver balanceándose febrilmente. Tu te fijaste en su pecho que no jalaba aire, su cabeza estaba agachada y de su cuello emanaba un hilito pequeño de sangre. Pero aquella imagen del ahorcado se borra de tu mente tan rápida como vino. Las hojas están en el suelo regadas como por una ráfaga de aire. Titubeas en ir o no a levantarlas. Nunca te gusto la indiscreción y te reprochas a ti misma. No tuviste mucha indiscreción cuando bajaron a aquel joven de la cuerda y preguntaste en voz alta por que se había ahorcado y todo mundo te oyó y los paramédicos y policías te lanzaron una mirada acusadora. Tuviste que ser interrogada, al igual que todos los del edificio. Suicidio. Paso la palabra por tu mente igual que la imagen del balanceo macabro.

Niegas con la cabeza y decides no ir a levantar los papeles. Caminas mas de prisa y llegas hasta el elevador. Presionas el botón, esperan un momento y subes cuando las puertas se han abierto. Mientras el elevador lanza un zumbido razonas. No hay ventanas en las oficinas de arriba y el aire acondicionado estaba apagado. ¿Cómo cayeron las hojas?

El elevador abre las puertas y sales a la planta baja, justamente en la recepción. Los vigilantes no están. Te molestas un poco. Ya quieres irte, ya quieres refrescar tu cuerpo con una ducha y tendrás que esperar a que alguno de los vigilantes te abra la puerta. Mientras observas los monitores de vigilancia que pasan en forma consecutiva imágenes de los diferentes departamentos. Llega la imagen donde se encuentra tu oficina. Ahí esta., Rafael Moreno, balanceándose en una cuerda, izquierda derecha, izquierda derecha, izquierda derecha y abres los ojos como platos y cuando estas a punto de propinar un grito, alguien te toca el hombro por detrás y dice tu nombre, respingas y literalmente saltas de tu lugar y se te va la respiración. Das media vuelta rápidamente y no sabes si gritar o volver la vista hacia los monitores de vigilancia. Haces lo segundo, pero es demasiado tarde, la imagen a cambiado y ahora muestra el piso de mercadotecnia.

--Se siente bien Señorita. Pregunta el vigilante de bigote. Tu asientes con la cabeza, sin poder hablar todavía. Pero él te lanza una mirada inquisitiva. Vuelves la mirada a los monitores y descubres con desagrado que ahí esta otra vez el hombre colgado de la cuerda. Muerto. Pero te acercas mas a la imagen. No es un hombre, es una mujer, el pelo le cae sobre la cara. Pero la mujer en el monitor levanta la cabeza y eres tu, que se encuentra colgada, balanceándose, izquierda derecha, izquierda, derecha, izquierda derecha… Volteas la vista al vigilante, pero se ha ido, das dos pasos al frente y algo te impide respirar poco a poco. Piensas primero que es el miedo, el terror que te consume la garganta pero no. es una cuerda, que te aprieta el cuello lentamente y te alza del suelo. Quedas suspendida en el aire y te convulsionas en el aire para tratar de safarte. No. gimes pero tu gemido no alcanza a cobrar la fuerza suficiente. Tratas con las manos de quitarte la cuerda invisible y tratas de voltear hacia todas direcciones como esperando ayuda, gritando con los ojos desorbitados y rojos. Te puna la sien izquierda como nunca. Giras un poco, solo un poco pero lo suficiente como para ver a tu asesino. Eres tu misma. Son tus zapatos beige y tu falda del mismo color. Te esta viendo sin ninguna expresión en su rostro. Después ya no puedes respirar por completo. Te queda solo un aliento de vida, solo un poco. Lo utilizas para decir otra vez No, como un gemido. Y escuchas claramente como el aliento pasa por tu garganta tibia y sale expulsado de tu boca. Después te quedas inmóvil. Viendo como estas tú colgada y muerta. Tomas tu bolsa y entras en elevador. Desapareces pensando en la maldita promoción de escribe un cuento y llévate tres libros.

Los vigilantes te encontraron balanceándote, izquierda, derecha, izquierda derecha, en la recepción. Y mientras uno de ellos iba por una escalera para bajarte y tal vez todavía salvarte la vida, otro llamo a la policía…


Hugo Domínguez

Creative Commons License
Izquierda, derecha, izquierda, derecha... by
Hugo Domínguez is licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.



Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

domingo, 12 de agosto de 2007

PLEASE!


En este cortometraje actúa Gerard Butler, más conocido como Leónidas en "300". En este cortometraje hace las veces de un escritor deprimido por el abandono de su esposa e hija. Debido a esto intenta suicidarse pero como siempre, las cosas nunca salen como uno se las espera.
Este cortometraje es de 1999 y está escrito, producido y dirigido (bah, todo) por Paul Black. Este corto ganó muchos premios en festivales y fue elegido en la lista de Mejores Cortometrajes del BAFTA. ¡Disfruten!


jueves, 9 de agosto de 2007

F1 Mercedes-Benz - Racing is a state of mind


¿Quién dijo que Alonso y Hamilton se llevan mal? Naaa, cualquiera. Si no están convencidos miren este comercial en el cual aparecen ellos dos compitiendo en todo. También aparece Mika Hakkinen, ex-McClaren. ¡Disfruten!

Por si les gusta la canción, la misma se llama "I can do anything you can do better" de Annie Oakley y Frank Butler



lunes, 30 de julio de 2007

Archirrivales

Bueno acá va otro cuento de mi autoría, espero que les guste. ¡Disfruten!

Desde chico tuve problemas para relacionarme con las demás personas. Ya en el jardín de infantes presentaba estos síntomas que algunos podrían considerar patológicos, por ejemplo mientras todos jugaban, yo dormía la siesta. No lo hacía por llevarle la contra a mi profesora ni nada que se le parezca sino que no le veía el sentido a hacer algo que yo no quería en el momento que a mi profesora le pareciera.
Una vez ya dentro de la primaria mi comportamiento para con los demás cambió y se atenuó un poco mi aislamiento social, si puede llamársele así. Logré hacerme un grupo de amigos, compuesto por personas consideradas “raras” como yo, con el cual logré desarrollar mis habilidades sociales. Pese a pertenecer a un grupo al cual la gente miraba no con admiración sino como si estuviese observando a una nueva especie en el zoológico, logré destacarme entre ellos y fuera de este grupo. No conforme con mi desarrollado histrionismo, busqué diversas maneras de llamar la atención. A medida que pasaba el tiempo mi retórica mejoraba a pasos agigantados y podía envolver a cualquier persona en un relato, sin que él se diese cuenta de quién o qué estaba hablando, a menudo jugando con los artículos u obviando información. Por ejemplo, una vez con mis compañeros hicimos una especie de juego a ver quien podía contarle la historia más descabellada a una chica y que ella por lo menos se quedase con la duda de si era una historia verídica o el hábil invento de una mente juvenil. Está de más decir que el ganador de dicho juego era siempre yo, logrando a la larga el abandono del mismo por mis compañeros ya que ellos compañeros blandían la excusa de que no podían mentir de manera tan descarada como yo. Igualmente déjenme decirles que yo no mentía, no, ni lo más cercano; solo jugaba con el uso del lenguaje de una manera tan hábil que era imposible distinguir. Déjenme que les de un ejemplo. Un día volví a mi casa y le dije lo siguiente a mi madre:

“Mamá necesito que me firmes el boletín ya que fui nombrado primer actor en la obra de teatro organizada por la fecha patria venidera, de más está decir madre que fue todo gracias a las horas que invertiste en que yo aprendiese el parlamento para el papel”

Contenta y con una mirada obnubilada en su rostro, gustosamente firmó mi boletín de manera enérgica y rápida, con una sonrisa inconmensurable dibujada en la cara. Bueno, pasaré a explicarles que tenía esto de especial. Como creo yo, ustedes habrán leído ese párrafo sin demasiado interés y rápidamente, esperando una explicación de mis habilidades; imagínense mi madre que esperaba con ansias la noticia de si yo actuaría en la obra o no. Ustedes también habrán pensado que le mentí con respecto al papel y están en todo su derecho de creerlo, pero déjenme decirles que no le mentí en eso, es más me resultó demasiado fácil conseguir el papel debido a la floja competencia que tenía. No solo eso sino que en el párrafo no hay una sola mentira blanca. Lo que verdaderamente yo quería era que ella firmase mi boletín con notas alarmantemente bajas sin recibir reto o advertencia alguna. Ahora imagínense que yo les diga ese párrafo a ustedes mientras están ocupados en algo y esperan con ansias que su hijo sea nombrado actor en la obra. Agregando también lo despistada que mi madre era. Simplemente le prestarán atención a lo que mas les interese de la frase y, gracias a la falta de información con la que gozaba mi noticia, ustedes dejarían todo de lado para escuchar mas información sobre la misma. Esa era mi habilidad, obviar información y engañar con palabras. Ustedes dirán también que mi madre tarde o temprano se daría cuenta, sí tal vez, pero al otro día los castigados en el colegio serían mis compañeros mientras yo sería felicitado con creces. Después de todo, si el tema volvía a surgir siempre tenía la posibilidad de manejar la situación a mi conveniencia. Ese es un ejemplo que cité y entiendan que lo hice a la edad de 5 o 6 años.
Con los años me perfeccioné y mi vocación como actor cada vez se hacía más fuerte en consiguiente con la sed de fortuna también, déjenme confesarles. En la adolescencia no tenía límite y manejaba a todos a mi mero antojo. Nunca diciendo una sola mentira, porque una vez que uno miente la desconfianza en el otro es inexorcisable. Pero en 3º año de mi secundaria entró un nuevo alumno, cuyo nombre no merece ser pronunciado. Esta persona era muy desagradable a la vista pero, como yo, agradable al oído. A esta altura mi técnica había mejorado mucho con respecto al ejemplo anteriormente citado, ahora podía obviar verdades por días y de manera ordenada y sistemática. Pero para mi sorpresa la habilidad de mi ahora rival no estaba muy alejada de la mía, lo que causó una pequeña molestia, pero nada que no pudiese solucionar.
Pasaban los días y nuestras diferencias se acentuaban aún más, tanto que el rol de protagonista para la obra de final de año fue para él, pero no fue por mérito propio, créanme que no, sino que en mi audición usé casi todas mis herramientas para ponerle un fin a las aspiraciones de mi rival, lo que los ignorantes de mis profesores consideraron que no era para la obra ya que casi todos los papeles los había conseguido yo con anterioridad y consideraron prudente darle la oportunidad a otro chico. Pero no sólo en eso logró incomodarme, sino que gracias a su manipulación logró quedarse con mi grupo de amigos. Ellos se excusaron diciendo que era yo el que los había alejado a ellos, pero él no podría engañarme, no señor, no a mí.
Una vez egresados de la secundaria sin dudarlo me avoqué de lleno a mi vocación actoral. Pero gracias al llamado que realicé a un amigo logré enterarme, usando mis habilidades, que las aspiraciones de mi rival eran las mismas que las mías. Sorprendido porque mi rival ahora pretendía quedarse con mi futura fama me juré que iba a tratar de contra sabotear sus audiciones ya que, deduje, el estaba en camino de sabotear las mías. A menudo me postulaba a roles insignificantes e indignos de mi talento pero lo hacía porque él audicionaba para los mismos, claramente tratando de engañarme de que yo consiguiese ese trabajo para así él poder buscar un trabajo mucho mejor. Pobre estúpido, pensaba que me podía engañar. Pese a que me costó bastante, logré no quedar en ninguno de esos trabajos para infortunio de mi rival. Así lo hice durante un par de años, demostrándole a mi rival mi tesón y perseverancia. No le iba a resultar fácil arruinar mi carrera. Luego de unos años traté de localizarlo para poder sabotear de nuevo otra de sus audiciones, pero para mi sorpresa ya no conseguía ningún tipo de información de su paradero. Engañaba a productores y directores de casting con mis habilidades para conseguir información, pero tal parecía que él había conseguido un trabajo mejor ya que no se presentaba más a ninguna otra audición. Amplié mi búsqueda a otros sectores, tal vez había conseguido un trabajo mucho mejor y no como actor. Para poder hacerlo me conseguía trabajos chicos, roles pequeños, que me daban el tiempo suficiente para continuar con nuestra guerra personal, ahora, por el momento nada más, claramente ganada por él.
Pasaron muchos años y, por mi edad ya avanzada, no era tan fácil conseguir trabajos dignos de mi talento. Me lamentaba ya que él había logrado engañarme y había hecho que desperdiciara mi vida en nuestra guerra personal. En medio de mi desesperación y desazón conseguí un dato que me dispuse a confirmar. Logré certificar que la información obtenida era correcta o por lo menos, acertada. La información que había logrado conseguir era sobre su lugar de residencia. Me dispuse a comprobar con mis propios ojos la veracidad de esta información. Gracias a días de inspeccionar el movimiento del edifico logré confirmar con mis propios ojos que era allí donde habitaba mi eterno rival. Pero lo que me sorprendió y, al mismo tiempo, enfureció fue que él seguía tratando de engañarme. Utilizaba ropas sucias y de muy mala calidad y el barrio donde vivía era uno de los peores de la ciudad. Pero él no lograría engañarme, no a mí. Pese a mi furia, estaba contento porque seguía teniéndome miedo. Era comprobable porque él pretendía estar en necesidad viviendo en una casa muy pobre y vistiéndose como un mendigo. Esto también comprobaba mi teoría de que, gracias a que logró engañarme, él había conseguido acumular una suculenta fortuna lo que le permitía el lujo de simular ser otra persona. Me regodeaba viendo como simulaba, ya que lo seguí varios días y ni por un momento retomó su vida normal, evidenciado su temor de ser descubierto por su enemigo innato, que no era nadie más que yo. Dicho seguimiento me costó mi trabajo ya que las frecuentes ausencias a ensayos por mi parte, habían hecho que el director de la obra llegara a la conclusión de que no estaba comprometido con mi trabajo cosa que me sacó completamente de mis casillas, porque mi enemigo una vez más había logrado sabotear mi carrera . Ahora que había conseguido un muy buen papel en una obra a estrenar, él logró que desperdiciara mi tiempo en él teniendo como resultado mi despido de la obra. A pesar de ello, tengo que decir que la nueva situación en la que me encontraba me dio el empujón necesario para confrontarlo frente a frente, cosa que ninguno de los dos había creído necesario hasta el momento; era una guerra silenciosa. Estaba decidido, esto había llegado a una situación casi desesperante para mí. Sin ánimos de darme por vencido, fui a recuperar lo que era mío en un principio.
Lo seguí una noche hasta su casa, y me dispuse a esperar enfrente donde vivía. A menudo entraban y salían personas ya que era una pensión para gente desafortunada como yo. Ja, que bien había planeado su escondite ya que el constante movimiento de gente no permitía que yo entrara en acción. Esperé que la madrugada hiciera su acto de presencia y que el movimiento de gente fuese casi nulo. Esperé durante horas bajo la copiosa lluvia hasta que consideré que ya había esperado el tiempo suficiente para entrar en acción. Estaba decidido que esta era la noche de mi venganza.
El fortísimo ruido que provocaban mis puños al golpear en la puerta de la casa era indicio de que yo había ido allí con una agenda. La intensidad de mis golpes indicaba que si mi archirrival no abría esta puerta mis puños por sí solos la derribarían y me dejarían cara a cara con él por última vez. Tal vez por la cólera demostrada de mis golpes, ese desgraciado no tardó demasiado en abrir la puerta y llevarse el susto de su vida.
Mientras escuchaba los pasos de alguien caminando en dirección a la puerta, asumí que eran lo pasos firmes de él, por la arrogancia que demostraba dicha acción, lo que me provocaba un regocijo impresionante ante la venidera situación a desarrollarse entre nosotros dos. Era el encuentro mítico retratado en todas las artes durante siglos, era el encuentro entre el bien y el mal . Pero al abrir la puerta la sorpresa no fue de él sino mía. Al presentarme de manera enérgica –evidenciando mis intenciones- con nombre y apellido, el acusó no recordarme, a lo que respondí aún más enérgica y violentamente tratando que recordara mi persona; no, sino que admita que había pasado toda su vida tratando de que yo esté a la sombra de él. El me juraba y perjuraba que no me recordaba y eso no hacía más que enfadarme aún más. Logré que me recordara al fin pero me dijo que nunca había hablado conmigo y no entendía el propósito de mi visita a lo que respondí que no necesitaba hablar con él para descifrar los artilugios que utilizó durante toda su vida para dejarme en ridículo. Le dije que todas sus riquezas eran en verdad mías y que todo lo que había hecho de su vida pertenecía a mi por mera justicia divina. El, dando muestra de su arrogancia, me decía que no tenía ya más dinero, que había perdido todo en unos negocios mal hechos, cosa que me causó tanta gracia que no pude responder a semejante mentira de otra manera que con una sonora y liberadora carcajada. Yo sabía que el escondía sus riquezas de mi vista, sí, porque estaba aterrorizado por mi mera presencia. Lo amenacé y lo obligué a que me mostrara la fortuna que había logrado acumular a costa de mi miserable vida, a lo que se negaba ahora sí con una cara de espanto. Si ustedes hubiesen visto su cara, que oscilaba entre la perplejidad y el miedo, se hubiesen regocijado con esta escena. Viendo que mis amenazas verbales no llegaban a destino, saqué mi arma perfectamente preparada para esta situación, una hermosa y brillante Colt calibre .45, lo único que me quedaba en mi vida, heredada de mi padre. Ahora sí tenía una cara de espanto digna de mi deseo, aunque yo quería algún tipo de resarcimiento. Tan aterrorizado estaba que se puso de rodillas, con el caño de mi arma enfrentando su rostro, balbuceando entre lágrimas que lo único que le quedaba era lo que tenía a mi vista. Yo no podía creer la actuación que él estaba realizando, era digna de un actor de primera calidad, tengo que reconocerlo. A la vista de que su sufrimiento no colmaba mi deseo no me dio otra alternativa que pasar a la acción; tomé firmemente mi Colt y apunté sin siquiera temblar. El frío del caño en contacto con la piel erizaría los pelos de cualquier mortal. Martillé mi pistola anunciando el próximo disparo que terminaría con mi pesar, lo hice lentamente así disfrutaba su cara de horror mientras se dibujaba una sonrisa en mi rostro. Mirando su cara de estupor coloqué mi dedo índice en el gatillo y le advertí que tenía una última oportunidad para retractarse y reconocer su derrota. Apenas vislumbré un movimiento en su accionar, no me dio otra opción que apretar el gatillo antes de que pudiera evitar lo inevitable y así de una vez por todas podría acabar con mi pesar...
Yo leí una vez, durante mis estudios, que las personas que sufren una muerte abrupta tienen unos pocos segundos en los cuales todavía están conscientes de la situación a su alrededor y pueden ver por última vez el mundo que están dejando atrás, hasta que finalmente todas las funciones cerebrales se apagan. Bueno créanme que no es nada lejano de la realidad porque mientras caía al suelo pude ver su cara de horror toda manchada con sangre, lo cual dio paso a un profundo silencio en el que pude apreciar por vez primera su verdadera cara de espanto lo cual me generó un enorme alivio, mientras veía como mi eterno pesar llegaba a su fin. Después de todo ni siquiera su habilidad para mentir y actuar podía evitar que mostrase una cara de verdadero horror al ver una persona quitándose la vida ante sus ojos.


Eldemente

Creative Commons License
Archirrivales by
Eldemente is licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.



Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

sábado, 28 de julio de 2007

Tercer y último capítulo de Broch-Man


Bueno, este es el tercer y último capítulo de Broch-Man el Primer Superhéroe argentino. En este capítulo vemos como finalmente Broch-Man, ya entrenado, se enfrenta a su primer desafío. ¡Disfruten!



miércoles, 25 de julio de 2007

Segundo Capítulo de Broch-Man


Bueno, este es el 2º capítulo de Broch-Man el Primer Superhéroe argentino. En este capítulo vemos como se entrena para su vida ¡de vigilante. Disfruten!



sábado, 21 de julio de 2007

Broch-Man: El Primer Superhéroe Argentino



"Él era un joven como cualquier otro pero luego de un terrible accidente fue dotado de increíbles poderes..." Así dice la frase de cabecera de Broch-Man, el primer superhéroe argentino. Un cortometraje en clave de comedia creado por Mariano Andrés Ures. Este cortometraje está dividido en 3 partes de las cuales la primera recibió la "Mención del Jurado en la 3ª Muestra Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata de 2006".
Así que acá subo la misma llamada "Un terrible accidente". ¡Disfruten!
Acá abajo tienen los links a la página oficial y al blog oficial

Página: www.broch-man.com.ar
Blog: broch-man.blogspot.com



martes, 17 de julio de 2007

Vincent - Tim Burton



Este cortometraje, realizado en stop-motion está dirigido por el mismísimo Tim Burton antes de haber siquiera dirigido un largometraje. Narra la historia de un chico llamado Vincent que sueña con ser Vincent Price (un famosísimo actor de terror). El cortometraje está narrado en forma de poesía y lo posteo en inglés con subtítulos en español para que puedan apreciar la voz del narrador, que no es otro que el mismo Vincent Price. Disculpen la calidad pero es de 1982. ¡Disfruten!



domingo, 15 de julio de 2007

Pixar - Boundin'



Este es otro corto de Pixar. Se llama Boundin' (rebotando) y lo pasaban antes de "The Incredibles" en el cine y fue nominado a un Oscar en 2003 como mejor corto animado. Me costó mucho conseguirlo pero al final gracias a la maravilla de youtube, pueden disfrutarlo acá...

viernes, 13 de julio de 2007

Pixar - Jack Jack Attack (The Incredibles)



Este es otro corto de los mostros de Pixar (sí me gusta Pixar y que?). Se trata de un cortometraje basado en el bebé Jack-Jack de "The Incredibles". Nos cuenta lo difícil que le resulta a una niñera cuidar al bebé de una familia de superhéroes aparentemente sin poder alguno, o ¿no? Disfruten...

miércoles, 11 de julio de 2007

Sonic: The Hedgehog



Este es un video de Sonic, sí el erizo que corría a lo loco en las pantallas de la gloriosa etapa de la Sega Genesis (sí la de los cartuchos). Los que jugaron al juego (los que no, no sé que hacían) cuando vean estas imágenes se darán cuenta de lo mucho que avanzó Sonic desde esas imaágenes en 2D. Este video es la escena de introducción para el Sonic: The Edgehog de la consola PS3 y la XBOX 360. Pueden verlo arriba en Youtube o si quieren pueden verlo en este link en formato Quickitme con una mucho mejor calidad. Sin más decir ¡Disfruten!

domingo, 8 de julio de 2007

Domingo

Este cuento no es mío (y por lo tanto, mejor), es de una amiga que (gracias a mi insistencia) me dejó que lo publique, así que nada más por decir, solamente disfruten:

Levantó la mirada por la ventana de su habitación, y no pudo resistir más de un segundo con los ojos abiertos debido al enorme haz de luz que iluminó su rostro al instante.
Recién se había despertado, y no recordaba la última vez que había tenido un sueño tan largo como éste. Algo de fantasía mezclado con realidad, no recordaba bien de qué trataba.
Buscó un abrigo, para protegerse del frío viento de una mañana de otoño, antes de salir a recoger el diario.
Luego, se preparó su desayuno de todos los domingos para acompañar su lectura matutina. Éste sólo consistía en café, y más café; casi nunca sentía hambre por la mañana, en especial los domingos.
Al leer los títulos principales que ofrecía la primera plana de su periódico favorito, notó, entre asesinatos y robos, la misteriosa desaparición de la niña Emily Armstrong. Algo en la foto de la niña le recordó a su difunta hija Melanie, a quien tanto extrañaba. No dudó ni un instante en buscar la página que ampliaba el tema con hasta los más ínfimos detalles de la investigación del caso. Una vez que terminó de leer pudo darse cuenta que no existían, por lo menos hasta el momento, pistas suficientes para siquiera suponer causas posibles de la repentina huida o secuestro de Emily Armstrong. Por un momento sintió pena al recordar el funeral de Melanie y el momento en que su pequeño cuerpo pasó a estar enterrado debajo de la tierra aquel domingo de otoño. Tristes recuerdos, pero pocas veces se acordaba con tantos detalles.
Dejó el diario de lado; ya bastantes noticias habían colmado su cabeza por el día, y le durarían toda la semana, ya que sólo había pagado para que se lo trajeran los domingos; aunque pensó que debería informarse más seguido sobre la situación en la que vivía. Sentía que la muerte de su hija lo había anclado al pasado por alguna razón.
Comenzó a ordenar su living, aunque estaba reluciente. Siempre lo ordenaba. Especialmente los domingos. Cierta obsesión se despertaba en él cuando pasaba por ahí. Limpiaba una y otra vez aquella mesa de vidrio, que parecía quebrarse si volviera a pasarle ese trapo húmedo una vez más.
Siempre hacía lo mismo. Cuando estaba harto de escuchar esos sonidos fastidiosos provenientes del sótano, se colocaba sus auriculares para tapar los ruidos y, al mismo tiempo, mantenerse actualizado con las noticias.
Cuando ya no soportaba más las molestas “voces” que escuchaba, arrojaba sin saber porqué restos de comida por las escaleras que llevaban a aquel cuarto oscuro, como si fuese a calmar bestias muertas de hambre. Por unos momentos los ruidos cesaban, o al menos eso creía él.
Lo siguiente que continuaba su rutina era tomar aquel viejo álbum de fotos, sacarle el polvo acumulado en la semana, y ver esas imágenes del pasado como si fuera la primera vez que se las entregaran en mano recién impresas en papel tibio. Largaba dos lágrimas. Una, dos, manchando siempre la misma página color rosa que se fue decolorando a través de los años, por recordar aquel domingo gris cuando falleció Melanie, su única hija.
Y cuando terminaba de derramar su última gota de agua salada sobre el álbum, volvían los ruidos; o al menos eso creía él.
Pero nada podía hacer al respecto, pues era domingo. Nada debía interferir con su rutina de ese día, el único día en que era conciente del pasado que tuvo, pero inconsciente del presente que vivía. Como si por un día volviera a aquel triste domingo de 4 años atrás, y nada que se le interponga podría corromper esa atmósfera de otoño creada en su mente. Los ruidos no paraban, pero todavía no era lunes. El no podía hacer nada.
El reloj dio las 12. Finalmente el día había terminado y algo extraño sentía en el cuerpo cuando la doceava campanada sonaba.
Al amanecer del día siguiente se levantó habiendo olvidado por completo el día domingo, como ocurría cada lunes. Se dirigió por la puerta que llevaba a las escaleras que bajaban al sótano como por inercia. Sentía en el fondo que había dejado allí algo pendiente.
Encendió las luces y allí estaba ella acurrucada.
-Ven Melanie, es hora de desayunar.
-¡Mi nombre es Emily te he dicho! ¿Cuando vas a dejarme ir?-dijo la niña
-Ven Melanie, es hora de desayunar.- dijo él con una natural sonrisa en su rostro.


Agostina Maegli

Creative Commons License
Domingo by Agostina Maegli
is licensed under a Creative
Commons Atribución-No Comercial-
Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.


Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

lunes, 2 de julio de 2007

Primer Cuento: Sir Nicholas Dupin

Bueno este es el primero de los cuentos míos que iré publicando, publicaré un cuento por mes el primer lunes de cada mes. Luego durante todo el mes postearé cuentos de otros autores , noticias, cortometrajes, etc., pero no míos. Bueno basta de cháchara (como diría mi abuela) y acá está el cuento, espero que les guste (si no váyanse a la ****, chiste):

En la lúgubre Londres del siglo XIX un carruaje se dirige camino a la mansión de Sir Dupin; es de noche y pese a los esfuerzos de la luna llena por alumbrar los caminos, los árboles impiden el paso de la luz lunar mientras hablan entre ellos estrechando sus hojas unos con otros quizás burlándose de los inútiles esfuerzos de la insistente Luna. Debido a la poca luz y los difíciles caminos que debe atravesar es inevitable el constante movimiento de la caja del carruaje donde se encuentra Alan Ferguson, reputado burgués de Londres. Se dirige camino a la casa de Sir Nicholas Dupin, su querido amigo, el cual lo invitó con motivo de una reunión de despedida por su próximo viaje al exterior. El Sr. Ferguson si hay algo que odia es salir de su Londres natal y sólo lo hace para visitar a su amigo que habita en las afueras de la ciudad en una enorme mansión; él prefiere la ajetreada vida citadina de Londres a la cual está acostumbrado, con sus calles atiborradas de gente. Este viaje le provoca una expresión inconsciente de tristeza lo cual, se dice a sí mismo, debe cambiar por una sonrisa para no amargarle la visita a su amigo. Tanto tiempo empleado en el esfuerzo de manufacturar una sonrisa hace efímero el viaje en carruaje, comúnmente cansador y agotador. El golpeteo en la puerta del transporte seguido del anuncio de llegada por parte del chofer le confirman la llegada donde su amigo.

-Cuidado señor, hay mucho barro, procure no lastimarse- le advierte el conductor ofreciéndole la mano para poder bajar sin tropiezo alguno

-Muchas gracias, Igor siempre tan servicial como de costumbre –responde caballerosamente, como es habitual, el señor Ferguson, nuestro viajante

-Amo a mi amigo, pero Dios como odio su lugar de residencia –agrega Ferguson

-Siempre lo mismo contigo maldito desagradecido –una voz dispara como si fuese la bala del perpetrador de un asesinato

-Bueno sabes que odio el barro –responde con total tranquilidad Ferguson, mientras intenta hacer pie en el movedizo y resbaloso lodo que separa el transporte de la casa de su amigo, debido a que el hacedor de tal oración no era otro sino que el mismo Sir Dupin, importante señor de leyes en Londres y viejo y querido amigo de nuestro viajante, dando lugar a que nuestros dos amigos se fundan en un abrazo.

-Saludos mi querido Igor –dice Dupin, separándose del abrazo

-Saludos mi señor –contesta Igor muy respetuosamente

-Ay amigo, amigo donde has de conseguir a tan caballeroso y servicial chofer –comenta Dupin moviendo la cabeza como si siguiese el compás de una melodía en señal de resignación.

-En el mismo lugar donde te conocí a ti canalla, jajaja –responde con total sagacidad Ferguson

-Pasen, pasen pónganse cómodos –los invita a su enorme, pero tétrica y lúgubre mansión

-Oh gracias, pero Igor tiene otros quehaceres que realizar. El volverá dentro de unas horas a recogerme, verdad Igor?

-Sí, mi señor, agradezco su invitación, Sir Dupin, pero me temo que el señor Ferguson está en lo cierto, es por eso que me despido; hasta luego y que pasen una hermosa velada –mientras echa un grito y estalla su látigo contra el lomo de unos de los caballos del carruaje en una perfecta sincronización provocando el inmediato movimiento del transporte tirado por tan bellos y leales animales.

A medida que se adentra en la mansión, Ferguson recuerda porqué odia tanto ese lugar; el olor a madera vieja con la ayuda de la casi ínfima cantidad de luz, apenas para no tropezar con las paredes y los antiquísimos muebles que habitan ese lugar desde la era medieval según le había comentado con efusividad su amigo en otra previa reunión, generan un ambiente digno de una casa embrujada, aunque, se dice a sí mismo, él no crea en tales cosas.

-Te lo he dicho siempre, y siempre te lo diré mi amigo, no logro comprender como has de vivir en este lugar –dice Ferguson para romper el silencio sepulcral que habitaba esta mansión

-Jaja, siempre con lo mismo tú, verdad? Ya te lo dije me agrada estar alejado de la ciudad, nadie me molesta y puedo realizar mi trabajo de manera tranquila y sin el apuro de la cosmopolita, deberías intentarlo alguna vez y abandonar tan abarrotada ciudad - responde Dupin

-En algo tienes razón mi amigo, la verdad la ciudad cada vez está más colmada de gente, pero el peor problema es la inseguridad que habita tal ciudad –contesta Ferguson mostrando cierta desazón.

Por un momento esta charla es interrumpida cuando, uno de los tantos sirvientes que Sir Dupin tiene en su residencia, los invita a pasar a la sala de estar principal de la mansión –ya que hay muchas –de enormes dimensiones con una chimenea gigantesca que genera un fuego que parecería como si tuviese una conexión directa con el infierno. Sobre dicha chimenea se encuentra un retrato de toda la familia Dupin en el cual podemos ver a Nicholas Dupin (Sir Dupin) en su mas tierna niñez abrazado a su amada hermana y con sus dos padres.

La familia de Dupin es adinerada desde los tiempos en los que ha existido el dinero, tal es así que una vez en sus charlas Nicholas comentó que uno de sus tatarata-abuelos combatió espada con espada contra el mismísimo William Wallace. Verdaderamente Ferguson nunca se creyó enteramente esta historia ya que es de conocimiento público la naturaleza de dicha familia; es verdad que los Dupin han sido nobles y terratenientes desde la mismísima fundación de Inglaterra y eran conocidos por su comportamiento “extravagante” pero más que nada por su cobardía, fundamento en el cual se basaba la incredulidad de Ferguson para con esta pequeña anécdota. Ferguson creía, pese a nunca manifestárselo a su amigo, que Nicholas lo hacía para, de alguna manera, poder estar verdaderamente orgulloso de su linaje aunque sea en la imaginación de ellos dos.

Finalmente los dos queridos amigos se sientan en unos sillones grandísimos forrados con cueros de las tierras más lejanas y con nombres impronunciables, traídos especialmente para este uso; y es que dinero y tiempo era lo que le sobraba a Nicholas Dupin. Sin embargo Nicholas Dupin, respetado señor de leyes no sólo en Londres sino en toda Inglaterra, aunque a menudo esto era negado por él ya que el mote de noble y más que nada la palabra Sir lo “incomodaba”, según sus propias palabras; siempre decía que, a pesar de haber nacido noble, por sus venas corría un tipo de sangre totalmente distinta a la designada por su dinastía.

-Cognac, Alan? –pregunta Nicholas a Ferguson

-Si es bien añejado, mejor mi amigo

-No te preocupes, Alan tu sabés que a la hora de beber contigo sirvo mis mejores bebidas –responde Nicholas mostrando el gusto por el buen beber de ambos.

En seguida, a continuación, Nicholas llama a otro de sus tantos sirvientes para que les traiga las bebidas como si de un perro se tratase, cuando uno le pide que nos traiga la rama que arrojamos con dirección al horizonte, y quizás les parecerá graciosa dicha comparación pero si solo viesen la cara de satisfacción del sirviente al cumplir dicha orden tranquilamente la podrían comparar con el incesante movimiento de la cola de dicho animal cuando se siente extremadamente feliz. Una vez con las bebidas servidas y las pipas encendidas y tras Nicholas despachar a todos su servidumbre de dicha habitación la reunión da su comienzo.

-Y dime amigo, a donde te has de ir de manera tan repentina? –logra esbozar Ferguson entre una nube de intenso humo creado por las pipas de ambos mostrándose sorprendido por este viaje, aunque Dupin hacía constantes y numerosos viajes por todo el Mundo.

-Lamento no poder decírtelo Alan pero es algo que durante tiempo vengo pensando desde tú sabes...

-Te entiendo mi amigo, no tienes por qué decirme donde irás ya que ahora creo entender el porqué de este viaje –responde Alan recordando tan dolorosa tragedia.

Sir Dupin tenía una hermana a la cual él amaba con locura y, como él creía, era la causa por la cual el nunca había logrado formar pareja con ninguna otra persona, ya que el amor hacia su hermana rozaba lo enfermizo. Cuando eran pequeños su padre falleció de manera desconocida, razón por la cual él no lo recuerda en lo más mínimo, y quedaron solos al cuidado de su madre; pero esta falleció al poco tiempo también y quedaron una vez más solos esta vez al cuidado de los sirvientes de la mansión y su tutor, el ya fallecido Jeremiah O’Connor; será por esto quizás la razón por la cual Nicholas se aferró al amor de su hermana, lo único que tenía en su vida. Ambos crecieron y se volvieron apuestos jóvenes, él se había convertido en un exquisito pintor pero, debido a la insistencia de su tutor, se instruyó en el estudio de las leyes. El odiaba esto, el sólo quería pintar y pintar porque según él, el arte es un don indigno de negar. Sin embargo en dicha profesión se movía con la misma exquisitez con la cual pintaba aunque siempre decía que él podía pintar cualquier paisaje que se le ocurriese pero en los tribunales y las cortes el paisaje siempre era triste y desolador, otra razón por la cual odiaba esta profesión. No solo él desarrolló dotes artísticas, su hermana era una brillante cantante con una voz que poseía el hechizo que, según las leyendas de marineros, las sirenas utilizaban para enamorar embarcaciones enteras llevándolas a su perdición. Quizás no era una embarcación pero Nicholas se perdía de igual manera que las mismas con el canto de su hermana; constantemente le pedía que le interprete melodías a las que él respondía con una aún más bella pintura, obras que su hermana adoraba.

Pese a no querer formar ninguna pareja, y no es que él no pudiese porque literalmente las mujeres de todo Londres hacían fila para poder “atrapar” a tan buen partido, pero a él no le interesaba esto ya que con el amor de su hermana era feliz. Pese a esto su hermana pensaba de manera distinta; lo amaba sin lugar a dudas pero las inquietudes del amor eran mas fuertes en ella y, como las calificaba Nicholas, estúpidas y sin sentido. Sin embargo ella encontró el amor en otra persona, un noble de Yorkshire llamado Robert Greene; se enamoraron perdidamente y pese a que Nicholas, muy a su pesar, había aceptado tal relación, el no les perdía el rastro y cuando era abordado con el fin de interrogarlo sobre tan obsesiva actitud el esbozaba la excusa de que él estaba para “cuidarla”. Unos años después de haberse comprometido su hermana y Robert; una de las sirvientes mientras le llevaba la cena a la esposa de Robert la encontró desplomada en el suelo con los ojos grandes y punzantes mirando a la nada misma, un color pálido amarillento que el solo hecho de nombrar dicha tonalidad de color le puede revolver el estomago al más tolerante de los doctores y con la lengua fuera de su boca colgando hacia un extremo. Frente a tan espeluznante y perturbadora imagen lo único que logró hacer la mucama fue dar un grito llamando al Sr Dupin, quien en respuesta a tan desgarrador grito salió disparado de su habitación. Mientras corría por los largos y oscuros pasillos de su mansión sin saber realmente por qué o a qué estaba corriendo, se le ocurrieron millones de posibilidades por la cual la mucama lo estaría llamando pero nunca se imaginó lo que estaría por encontrar. Cuando finalmente llegó al cuarto de su amada hermana y encontró tan trágica escena, desconsolado se tiró al lado de ella y lloró como un niño durante horas; interrumpido por otro de los sirvientes de la casa le fue dada una carta encontrada a los pies de su hermana que decía lo siguiente:

“Tenías razón mi amado hermano, no puedo seguir tolerando los constantes humillaciones de mi esposo pero sin embargo no tengo la fortaleza suficiente como para enfrentarlo y más aún volver a dirigirte la mirada después de semejante error”

Ada



Una vez leída esta carta, la tristeza y dolor que habitaban el cuerpo de Nicholas Dupin mutaron en una furia y una ira incontrolables una vez hecho realidad lo que siempre había temido. Ni siquiera esperó a la ceremonia de defunción para buscar al culpable, Robert Greene, en ese momento en uno de los tantos viajes que este realizaba. Finalmente y gracias a sus habilidades como hombre de ley y sus tantos contactos dentro de dicho poder, Robert Benjamin Greene fue juzgado a la pena de muerte por agravios contra Ada Dupin, adulterio e incentivo de homicidio. Fue colgado en la horca en la plaza pública de Yorkshire donde especialmente pidió Nicholas para que sus co-terráneos vean a que monstruo habían criado. Desde ese momento y a pesar de haberse “hecho justicia” como dijo Nicholas, Sir Dupin cambió; no tenía más esa cara con la cual miraba a su hermana y dejó abruptamente de pintar alegando que, si su hermana estaba muerta no había a quien regalarle sus pinturas.

-Extraño tus pinturas Nicholas, realmente lo hago, yo creo que....

-Ya te lo dije Alan no dejé de pintar, mi hermana murió a manos de ese monstruo que es distinto –interrumpió abruptamente Sir Dupin con un leve signo de furia

-Bueno, pero si ahora me has dicho que el propósito de este viaje es que tenías algo pendiente con tu hermana, bueno me parece un buen momento para que retomes el arte de pintar, no te parece? –intentando que su amigo recupere la felicidad que se llevó su hermana al morir.

-Lo he estado pensando pero antes quiero cumplirle la promesa que le hice a ella pero bueno no quiero hablar más del tema, dime, como anda esa apestosa y mugrienta Londres por estos momentos –pregunta Dupin tratando de cambiar el tono de la conversación.

-Jajaja, sigue tan apestosa y mugrienta como la recuerdas, pero es mi querida Londres –responde Ferguson

-Lo repito, una y otra vez no entiendo como haces para vivir allí, miles de veces te invité a vivir aquí pero prefieres vivir allí entre toda esa gente, además escuché que están pasando unos eventos bastante perturbadores, no es así?

-Veo que estás informado mi buen amigo, y sí es verdad, últimamente hay varios problemas con los empresarios y sus fábricas y gente desempleada, y esas situaciones están dando a lugar a asaltos y crímenes horripilantes; es más hace un tiempo que vienen sucediendo una serie de crímenes, todos contra mujeres, ya han dejado a 9 hombres sin sus queridas mujeres, verdaderamente horrible –cuenta Alan haciendo una buena pintura del panorama actual de Londres.

-Ah si, he escuchado algo de eso, y entonces que haces allí? ven a vivir aquí, en mi ausencia serás el señor de esta mansión, y mis sirvientes te tratarán como nunca me han tratado a mí –ofreciéndole una más que generosa oferta a Ferguson dentro de una espesa nube de humo que apenas permite distinguir su cara.

-Oh, gracias mi amigo pero no puedo aceptar esa oferta, mis negocios requieren de mi permanente estancia en Londres.

-Deja de poner excusas, Alan. Con mi dinero puedo contratar a no uno, sino a dos empresarios más adinerados que tú para que manejen tus negocios y créeme que lo harían gustosos.

Luego de la permanente e insoslayable insistencia de Nicholas Dupin, Ferguson creyó que por esta vez le podría dar el gusto de vivir allí mientras su amigo se encontrara en el exterior.

-Está bien, mira, lo haré por esta vez ya que sigues insistiendo año tras año, pero por esta vez solamente, y estaré aquí esperándote a tu regreso, de acuerdo? –se rinde pese a años de esfuerzo de no querer mudarse allí.

-No podrías hacerme más feliz, amigo –contesta Dupin con un notable regocijo.

La “reunión” se extendió por casi 3 horas y ya la noche estaba dejando su lugar a la madrugada cuando Dupin, con el permiso de su amigo, se dirige en dirección a las habitaciones con el objetivo de ir a buscar unas llaves que Ferguson necesitaría durante su estadía en esa mansión. Para matar el tiempo, el cual sería mucho ya que, para ir de una habitación a otra uno podía tardar desde minutos a horas; decidió recorrer un poco la casa para ir conociendo un poco más dónde se alojaría. Ustedes se preguntarán por qué no conocía la casa de Dupin y esto es porque Nicholas nunca mostraba su casa ni a su mejor amigo, era una persona que no se sentía cómoda ostentando su riqueza, además si él quisiese mostrar todos y cada uno de los rincones de su mansión créanme que no le alcanzaría la vida a una simple persona el descubrir semejante vivienda.

Mientras Alan recorría la casa descubre una biblioteca una nunca había visto y al parecer poco visitada ya que el polvo que tiñe de un color grisáceo todo el ambiente y el hedor insoportable dan a entender que poca gente pasa su tiempo de ocio allí, después de todo, piensa, Sir Nicholas Dupin es un pintor. A medida que recorre la inmensa biblioteca descubre libros que ni en las bibliotecas nacionales han de poder hallarse, libros sobre la conducta humana y toda la colección de historias trágicas de Shakespeare por nombrar algunos. El Sr. Ferguson, gran aficionado a la lectura, se sumerge en esta biblioteca mientras descubre tomos y autores de los cuales nunca ha escuchado hablar, maravilado, mientras piensa que hará lo imposible para leerlos todos cuando se alojé allí durante la ausencia de Dupin. Invadido por una mezcla de sorpresa y fascinación no logra escuchar un grito que proviene de una empleada más de Dupin, un poco ayudado por la lejanía de las habitaciones unas de otras y otro poco por el cataónico estado en el que él se encontraba. No se entera de dicho grito sino hasta que es puesto al tanto del mismo por otro de los empleados de la casa, el cual le informa que escucharon un grito proveniente de unas de las habitaciones situadas en el ala izquierda. Alan responde a este grito de la misma manera que respondió Dupin en su momento, sale disparado desesperadamente con el objetivo de descubrir el por qué se ese grito que ni siquiera había escuchado. Pero esto no era tarea fácil ya que sumado a la incertidumbre y el nerviosismo que poseía, un sentimiento de angustia lo invadía y se odiaba por no poder descifrar esta enorme casa que, si la hubiese recorrido antes, quizás esto le hubiese facilitado la tarea. A menudo se equivocaba e iba de un pasillo a otro de la gigantesca mansión sin lograr descubrir de donde provenía el grito. Derecha, izquierda, ya no sabía para donde estaba yendo y los pasillos le parecían interminables. A menudo se confundía y volvía a recorrer lso mismos pasillos, aumentando su frustración e incertidumbre. Mientras corría por estos lúgubres pasillos se le ocurrieron miles de posibilidades de el porqué del grito, hasta se le ocurrió que una de las empleadas podría haber sido víctima de los últimos asesinatos que azotaban la ciudad. Distraído por este pensamiento choca violentamente contra una de las obras de arte destruyéndola por completo. Inmerso en la sorpresa de este incidente es interrumpido por uno de los mayordomos de Dupin, quien le indica que el grito provino a la derecha en la proxima intersección dle pasillo. A medida que se acerca puede escuchar el murmullo de los demás empleados, desperdigados por el camino. Finalmente dobla la esquina y encuentra a dos empleadas abrazadas y llorando desesperadamente en la puerta de la habitación que una vez habitaba la hermana de Nicholas Dupin. Deja de correr subitamente sin entender bien la situación ya que esa habitación había sido cerrada por Dupin el día que su hermana falleció y no dejaba a nadie entrar, como le había dicho Nicholas en su momento. De nuevo las peores ideas se le cruzaron por su cabeza. Repentinamente a Alan lo invadió un terror y una angustia insoslayables los cuales a esta altura no lo dejaban ni pensar ni caminar correctamente. Ustedes simplemente imagínense la escena: un pasillo lúgubre con una luz tan tenue que parecía que contradecía su naturaleza y en vez de alumbrar oscurecía aún más el pasillo, y dos empleadas de Sir Dupin abrazadas llorando de manera desconsolada no era, de seguro, el preámbulo a un buen momento. Despacio se acercó a la habitación sin saber bien qué iba a hacer, o qué descubriría allí dentro. Luego de luchar contra su propio cuerpo, el cual parecía que no quería entrar a esa habitación, logra entrar en la misma y descubre lo que nunca se hubiese podido imaginar. A los pies de la enorme cama con tirantes hechos a medida de encontraba el mismísimo Sir Nicholas Dupin colgado de una soga fuertemente atada al techo; rápidamente Alan lo bajó esperando que todavía estuviese vivo. Cuando logró bajarlo, cosa que no fue fácil ni agradable, puso en práctica su poco conocimiento de medicina adquirido mediante un libro y trató de resucitarlo utilizando una práctica y primitiva técnica de reanimación, pero todo fue en vano ya que su amigo ya estaba muerto y no había manera de traerlo nuevamente con vida. Mientras se encontraba en el piso con el cuerpo de su amigo en brazos y con la incertidumbre transformada en una indeseable certeza de que el grito provenía de una de las empleadas ante el descubrimiento del suicidio de su mejor amigo; miró alrededor de la habitación y descubrió que las paredes se encontraban tapizadas con pinturas. Ni siquiera eran cuadros sino que eran pinturas hechas sobre las mismas paredes. No le costó descubrir que el artífice de dichas pinturas no era otro que Nicholas Dupin pero lo extraño era que están pinturas retrataban con exactitud los violentos y repugnantes asesinatos últimamente concebidos en su Londres natal. Alan miraba estupefacto las pinturas de una mezcla de perfecta belleza, por los trazos casi a la altura de una obra maestra, y una repugnancia casi vomitiva por la escena que retrataban dichas obras de arte. Mientras digería y trataba de entender lo que estaba pasando una de las empleadas se le acerca y le avisa de que Dupin tenía una carta en su mano que el señor Ferguson había pasado por alto. Al tratar de quitarle la carta a su amigo casi tuvo que quebrarle los dedos de la mano, y pensó que esto se debía al rigor mortis que afecta a los muertos o tal vez se aferraba tanto a ella que ni siquiera en su muerte estaba dispuesto a soltarla. Una vez la carta en su poder lee que el destinatario de la carta no es otro que él mismo, es por eso que la abre y saca un papel escrito de puño y letra por su amigo que decía lo siguiente:

“Mi querido amigo:

Lamento tener que despedirme a través de un trozo de papel, pero es que no tenía otra manera. Para el momento que estés leyendo esta carta asumo estaré sumido en un profundo y eterno sueño. Imagino que ya te habrás dado cuenta también que las pinturas que encontrarás en esta habitación no son más que meros retratos de mis últimas actividades en Londres. Te parecerán repugnantes, asquerosas y estarás pensando que estoy, mejor dicho estaba, profundamente perturbado; quizás tienes razón, no lo voy a negar, pero si estoy perturbado no es más que por culpa de ese Robert Greene que se atrevió a quitar a mi amada hermana de mi lado. Si sólo supieses el infierno que le hizo pasar, la engañaba constantemente; pero parecía como que la tenía bajo un hechizo porque por cada intento mío de quitarle la venda de los ojos, lo único que lograba era alejarla de mi lado. Entonces no me quedó otra opción que matarla..., hice parecer todo un suicidio para poder inculpar a ese poco hombre de Greene, y tu sabés como terminó todo. Luego de eso no podía soportar el estar lejos de mi hermana y pensé en el suicidio muchas veces pero primero le tenía que mostrar a las personas por el sufrimiento que había pasado; no iba a seguir el destino de mi familia y ser un cobarde más. Conjuntamente con mi pequeño acto de justicia recuperé mi pasión por la pintura como podrás apreciar; retraté cada crimen que cometí con brillante y única precisión para que así puedas resolver el misterio que tiene en vilo a todo Londres. Lo gracioso de todo esto es que nunca vinieron aquí interrogándome sobre esos crímenes, supongo que nadie desconfiaría de un noble verdad?"


Eldemente


Creative Commons License
Sir Nicholas Dupin by
Eldementeis licensed under a
Creative Commons Atribución-
No Comercial-Sin Obras Derivadas
2.5 Argentina License
.


Blogalaxia Tags:
Technorati Tags:

Ùltimos posts